La huella humana en el futuro

En alguna ocasión he escuchado en nuestras oficinas conversaciones alrededor de la obsolescencia de ciertos perfiles en una era tecnológica que avanza rápido hacia la automatización y la denominada “Inteligencia Artificial”.

En uno de mis últimos artículos os traía mis exploraciones en Spaces, un espacio de coworking situado en Amsterdam y con un pie en el futuro. Ese mismo viaje me llevó a Space10, un vivero de innovación situado en el mercado de la carne de Copenhague y con un pie y medio en el futuro.

Subvencionado por IKEA, Space10 se creó como lugar de investigación y diálogo en torno al futuro del habitat humano. En el edificio, una antigua cámara de procesado, podemos encontrar oficinas para investigadores, creativos y estudiantes, talleres para el desarrollo de piezas de diseño industrial, mobiliario o prototipos tecnológicos. Además, el hall de entrada es un espacio abierto que acoge regularmente encuentros y jornadas donde diferentes ponentes acuden, bajo un tema común, a presentar ideas innovadoras.

Tal fue mi suerte que en aquellos días Space10 abría sus puertas para una jornada denominada “Brain, body and behaviour”. Por el pequeño escenario del hall pasaron diferentes agentes relacionados con la integración cerebro, cuerpo y tecnología. Desde responsables de investigación en universidades, diseñadores de producto a empresas medianas y grandes relacionadas con biométrica. Os haré un apunte de algunas las ponencias pero en el anterior link podéis encontrar la lista completa y explorar más allá.

Morten Friis-Olivarius presentaba un estudio universitario sobre el equilibrio entre el nivel de foco y la capacidad de generar ideas originales. Para ello nos presentó Platowork, un producto que nos ayuda a poder enfocarnos o a estimular nuestra capacidad creativa buscando un equilibrio entre la concentración y la generación de ideas originales.

https://youtu.be/RmvGztKStU4

Adnan Vilic nos presentaba ejemplos de evolución tecnológica en cuanto a herramientas que posibilitan el control mental de objetos. 

https://youtu.be/qtSu8S3ieR8

Mike Storm presenta un nicho de mercado muy curioso que explota la multinacional Neurosinc para la que trabaja. Neurosinc aplica innovaciones en neurociencia para ofrecer a grandes marcas datos sobre la respuesta emocional del público a sus campañas, productos o servicios. Fue un caso interesante ya que Mike presentaba los test de usuarios y otros procedimientos actuales como incompletos ya que el usuario o cliente puede mentir, o no todo lo que expresa verbalmente es lo que realmente piensa o siente. Y esto último es muy interesante, el hecho de poder recoger respuestas emocionales espontáneas y no solo testimonios.

https://youtu.be/kNHWrxgrjdU

En esta misma línea Elvira Fischer de iMotions que realizan estudios de respuesta a experiencias por medio de Eye tracking y expresión facial para un análisis y recogida de datos más profundo.

https://youtu.be/EF_H9XDejvQ

Conclusiones

Si nos dejamos influir por los tópicos y sobretodo por nuestros miedos es fácil dejarnos llevar hacia la idea de que los avances tecnológicos empiezan a llenar espacios peligrosamente íntimos o a conquistar lugares destinados a la acción exclusivamente humana que no deberían llenar. Mi sensación aquel día no podría estar más alejada de esta conclusión. En todo momento sentí que el ser humano estaba en el centro de todas estas propuestas. La mente humana como centro de creación y desarrollo de ideas, como vehículo para mejorar procesos y situaciones es indispensable y, hoy en día, dispone de una ventaja a su favor cada vez más útil: la tecnología.

Pensemos en la tecnología como asistente, como potenciador de nuestras capacidades y como herramienta para explorar y llenar vacíos en nuestra realidad y en el conocimiento de nuestra mente que antes no éramos capaces de iluminar. En cierto modo no es tan actual este tipo de relación si entendemos la tecnología como una herramienta tal y como entendemos, por ejemplo, el beneficio del arado en agricultura hace siglos, la evolución de los medios de transporte, las comunicaciones o la medicina.

No sé si a vosotros os ocurre pero muchas veces siento que viajo no tanto en el Espacio como en el Tiempo. A algunos lugares se viaja al Presente y en él es ilusionante pensar en lo que somos capaces de construir, con el enfoque adecuado, hacia el Futuro.

Y para cerrar esta reflexión quiero volver al principio de este artículo sobre el tema de la obsolescencia de los perfiles profesionales. Si bien es cierto que la tecnología alterará profundamente nuestra realidad no es menos cierto que somos nosotros los que acabaremos por moldearla. Después de todo somos el centro de cualquier evolución posible y por lo tanto la pieza clave e insustituible. Siempre será necesario cambiar, adaptarse, reciclarse, aprender cosas nuevas pero, en realidad, ¿no es lo que hemos hecho incansablemente desde que empezamos a bajar de los árboles? ¿Acaso tenemos menos medios para sobrevivir y ser hábiles en nuestro ecosistema actual que en el pasado? Desde mi punto de vista las posibilidades se han disparado y el conocimiento está ahí, en nuestra mano. Solo tenemos que verlo como una oportunidad, no como un enemigo, y explorar el futuro siempre con nuevos ojos.

Extras

Juguetes neuronales

Más allá de las ponencias aproveché la actitud abierta del evento para explorar el espacio y probar algunos gadgets relacionados con el cerebro que se habían traído para jugar y explorar la relación cerebro y tecnología.

En este caso se podía competir para arrastrar con la mente la bolita azul hacia el lado del contrario. Algo así como un pulso mental.

En este set podías realizar ejercicios mentales mientras se monitorizaba tu respuesta ante ellos y se recogían datos.

Curioseando por Space10

Este es BRIAN, una máquina expendedora de virus informáticos. Lee tu huella dactilar y te dispensa un virus alojado en un usb desnudo.

Los talleres del sótano donde se prototipan nuevas ideas, manipulando materiales con las manos, manchándose de polvo.

El piso superior donde se sitúan los espacios de trabajo de los residentes. Como podéis ver la innovación tiene un aspecto muy orgánico y humano.

En el hall disponíamos de un espacio abierto y adaptable con cantina y escenario.

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