Objetivo del diseño, diseño objetivo
En todo proceso de diseño llega un momento en el que hay que evaluar y seleccionar una de las propuestas presentadas. Lo más habitual, es basar la selección en una serie de opiniones personales, porque, o bien carecemos de datos sobre los que contrastar, o porque en el peor de los casos, nos falta de tiempo y se resuelve omitiendo el análisis final.
Considero que es un error seleccionar una propuesta en base al "me gusta" o "no me gusta", porque eliminamos todo el rigor del proceso de diseño, evitando que posteriormente se puedan reevaluar los resultados de forma óptima.
Tenemos que desengañarnos, que nos parezca "guay" más o menos, una función en una interfaz, la composición de un cartel o tal combinación de color en una habitáculo, no significa necesariamente que estemos ante un buen diseño.
Entonces ¿cómo opinar?, ¿cómo evaluar?, y sobre todo, ¿cuándo es buen o mal diseño?. Para tener una sólida base sobre la que contrastar, debemos empezar por el origen: ¿por qué y para qué vamos a hacer este proyecto?.
El briefing es el documento base donde se recopilan todos los motivos por los que se hace el proyecto, los problemas que deben ser resueltos y por lo tanto debe ser nuestro punto de partida.
En él se documentan todas las preguntas y sus respuestas a dudas sobre el concepto a resolver, las suposiciones, las intenciones, las expectativas, los motivos, los condicionantes, etc.
Con el briefing debemos hacer investigación y análisis, a veces completarlo con información adicional, y otras veces se deberá eliminar o resolver información contradictoria y conflictiva con el objetivo real.
De esta manera, el briefing nos servirá para prototipar y argumentar esa propuesta.
Seleccionar un buen diseño supone retomar los requerimientos del proyecto en el briefing, juzgar y valorar las propuestas en el ámbito de esos requerimientos y tomar una decisión.
Con una decisión tomada a conciencia y no basándonos en opiniones personales y por lo tanto subjetivas, podremos posteriormente reevaluar los resultados obtenidos confrontándolos con los que pretendíamos conseguir.
Aunque creo que es inevitable lanzar un "me gusta" o "no me gusta" ante una propuesta de diseño, creo que el esfuerzo de ir más allá merecerá la pena, porque pasaremos de tener un diseño que no sabemos si está bien o mal, a disponer de un buen diseño que puede ser mejorado de forma objetiva.